Mitos y mentiras de la salud : Qué es falso y qué es verda

Salud y Bienestar

08.08.2014 a las 21:19 hs 0 242 0

Encontré esta informacion por ahi googleando y me parecio oportuno compartirla espero les guste y les sirva

El mundo de la salud está lleno de rumores alarmantes y todos hemos escuchado un par que nos inquietan; “¡No cenes sandía o morirás!” “¡No cocines con hornos de microondas o la comida perderá sus nutrientes!”, “¡Limpiarte los oídos con cotonetes es malo!” y un sinfín más. El día de hoy te aclararemos la verdad tras estos rumores para que determines tú, qué hacer al respecto.

1.- “La sandia; ¿Deliciosa fruta o peligroso veneno?”


Hay un sinfín de mitos alrededor de las propiedades de la sandía; que no se debe consumir de noche, que nunca se debe mezclar con leche, que no se debe comer después de beber alcohol, que si se dejan pasar las horas después de cortarla puede generar cianuro y en fin, tantos que no tiene caso que enumeremos.

La realidad es que la sandia es un fruto que está en un 93% formado por agua, los minerales más relevantes en su composición son el potasio y magnesio, mientras que su color rojizo se lo debe al licopeno, sustancia rica en su aportación de antioxidantes. Ninguno de estos elementos la transforma en una bomba de tiempo.

Pero hay algo de cierto tras la buena fama de este delicioso fruto. La sandía es un fantástico diurético; o sea, aumenta la producción de orina. Además, al estar compuesta por tanta agua si se consume como postre, puede indigestar a las personas debido a que entorpece la acción de los jugos gástricos.

Sin embargo, la sandia no ocasionará la muerte de nadie y como cualquier otra fruta, se descompone habiendo trascurrido unas 24hrs. Como tip, la sandia es una de las frutas que menos calorías tiene ya que en 100gr podemos encontrar un total sólo de 20 de éstas, lo que hacen de esta fruta un alimento ideal para mantener la dieta.

2- “Cocinar con microondas puede ser perjudicial para la salud”

Los hornos de microondas emiten ondas electromagnéticas en la frecuencia de las microondas. Los materiales que contienen agua, como los alimentos, son excitados por las microondas produciendo una vibración a velocidades tales, que terminan calentando los alimentos.

El microondas por tanto, es un aparato que en sus funciones no implica riesgos a la salud, pues no es una fuente generadora de radiación como muchos creen. Sin embargo, hay algunas consideraciones a tomar en cuenta para poder hacer uso de uno de estos aparatos debidamente:

Los microondas están diseñados para operar sólo cuando sus puertas están cerradas y al terminar de calentar los alimentos, no dejan energía residual sobre estos. Aun así asegúrate de que el microondas esté limpio para que al momento de cerrar el horno no haya ninguna filtración. También confirma que la puerta cierra bien y en caso contrario, disponte a mandar reparar tu aparato o cambiarlo por uno nuevo.

Hay varias sustancias para hacer plásticos que no se recomiendan usar con microondas, ya que pueden terminar dentro de tus alimentos. Por lo tanto, sólo utiliza platos especialmente diseñados para ser usados junto con el microondas.

Evita introducir en el horno líquidos o productos que puedan terminar estallando, como margarina.
Finalmente hay quienes dicen que usar un horno microondas para cocinar, termina arrebatando a los alimentos de sus nutrientes. La realidad es que al usar este procedimiento para calentar la comida, se genera el mismo efecto que calentando con fuego y en ambos casos, se eliminan bacterias y microorganismos perjudiciales para la salud.

3.- “Limpiarse los oídos con cotonetes es malo”

Esto quizás impacte a muchos, pero en estos días la mayoría de los médicos parece coincidir en que efectivamente, limpiar los oídos usando cotonetes no es muy buena idea. Esto a causa de que al tratar de remover a cera ya sea con los cotonetes, llaves, rollitos de papel o cualquier elemento similar, se empuja la cera más adentro de oído, lo que puede terminar lastimando algún tejido u órgano.

En general el exceso de cera tiende a salir sólo, pero se puede hacer limpieza de los oídos sobre la parte externa de los mismos. En caso de que sea necesario hacer una limpieza profunda, lo más recomendable es visitar a un médico capacitado para encargarse del problema.

4.- “Si te tragas los chicles, los terminarás de digerir cinco años después”

Esta afirmación es más falsa que la sonrisa de un político tras perder las elecciones. El chicle originalmente era una sustancia que se extraía del árbol llamado Manizaka zapota, pero en la actualidad la famosa goma de mascar generalmente se produce con base de goma sintética, glicerina, preservativos, sorbitol y manitol o sacarina, aceite vegetal, colorantes y endulzantes artificiales. De todos estos componentes, la goma base es la única que puede ser problemática si se consume en exceso, ya que el cuerpo no la digiere; ¡Eso no significa que estará en tu cuerpo para siempre! La goma base, es expulsada normalmente por tu cuerpo con la misma facilidad con que entró. El consumo de chicles suele ser en pequeñas porciones, no hay ningún riesgo siempre y cuando no pasemos de “pequeñas porciones”, a un consumo desmedido en cuyo caso, te estarás metiendo en problemas.

5.- “Los seres humanos, sólo usamos un 10% de nuestro cerebro”

Este es un mito que ha perdurado en parte porque los medios se han encargado de disiparlo por todas partes, pero mayormente porque todos nosotros estaríamos encantados de que fuera así; ¿Oh no? Sin embargo, es totalmente falso.

Parte de las razones que originaron esta creencia, es que sólo en grandes ataques epilépticos es cuando se presenta una actividad del 100% del cerebro, pero mayormente, utilizamos las regiones del cerebro según la actividad que realizamos.

Un porcentaje opera de manera “consciente”, mientras que el sobrante se encarga de realizar pequeñas tareas o inclusive, de reforzar las existentes y suplir las dañadas en casos muy especiales. En general el funcionamiento de nuestro cerebro es muy similar al de nuestros músculos, donde rara vez hacemos uso de todos ellos a la vez. Pequeñas labores como ver tv o abrir la cartera sólo usan pocas partes de nuestro cerebro, sin embargo labores más complejas utilizarán más partes; aun así en el transcurso del día se utilizan casi toda la capacidad del cerebro.

En caso de que sufriéramos una lesión que acabara con el 90% de nuestro cerebro, no estaríamos 10% activos, sino más bien 100% muertos. No hay una parte de nuestro cerebro que sea innecesaria, pequeños traumas a este órgano tienen generalmente terribles repercusiones y por tanto, hay que cuidarlo.

Cita:

http://www.herbamundo.com/index.php/vitalidad/articulo/mitos_y_mentiras_que_es_falso_y_que_es_verdad_en_cuanto_a_temas_de_salud1


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